Por fin me he decidido a escribir algo xD
Apenas he escrito algo en mi vida así que lo siento mucho si soy pésima en esto ;_;
La historia la tengo en mi cabecita desde hace tiempo. La creé para hacer un cómic hace años, aunque al final debido al tiempo no pude plasmar en él todo lo que quería, así que he decidido escribir un relato sobre él. Seguramente colocaré el cómic en mi galería de nuevo, pero ya digo que no tiene nada que ver con la historia (ya hice 2 cómics y en los 2 chafé la historia debido al número limitado de hojas que tenía que hacer x.x).
Espero que os guste =)
(Aviso que es una historia algo dramática, me encanta el drama uwu')
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Me encontraba de nuevo bajo otro espléndido atardecer, atardecer que da la bienvenida a la oscura noche, querida mía, noche donde mis pensamientos pueden descansar en paz en ese transitorio letargo del alma llamado sueño. El cielo apagado de todos los días amenazaba con devorarme con su penumbra, pero aún quedaban un par de horas para que estuviera completamente rodeado por la oscuridad. Observé la alta verja anciana y carcomida por los años y sentí el frío ambiente que se respiraba en el lugar. Había llegado al cementerio. Un ángel de piedra me dio la bienvenida. Sentí como su rostro triste y decaído en signo de plegaria era un claro reflejo de mi corazón. Apreté el ramo de flores y seguí adelante.
Tantos recuerdos, tantas historias ocultaban ese lugar… Observé antiguas tumbas en las que apenas se distinguían los grabados, tumbas hermosas con diversos adornos, otras simples pero cargadas de bellas flores, tumbas lujosas y vacías. Allí yacían grandes héroes del pasado, personas queridas, personas malditas, grandes malhechores, ancianos y jóvenes, famosos y gente humilde y pobre, todos ellos estaban en el mismo sitio ahora.
Me adentré más en el amplio lugar. Observé en el cielo el sol queriendo salir de la prisión de nubes grises. Unos tenues destellos asomaban entre algunas de ellas. De todas formas el gran astro pronto sería reemplazado por la fría y pequeña luna. Los árboles sentían eso también. El viento había comenzado a soplar, un viento frío que cantaba una oscura canción para dar la bienvenida a la noche. Las ramas que aún se mantenían semidesnudas luchaban por conservar la belleza que poseían en verano, mas sus hojas se habían tornado de un color apagado, amenazadas por caer debido a ese viento maldito. Me cubrí la garganta mejor con la bufanda y contemplé los cúmulos de hojas que había cubriendo el suelo y también las tumbas. Encendí un cigarrillo. Allí no había nadie a quien pudiera molestarle el humo así que los árboles tuvieron que soportar que contaminara el aire por unos minutos.
Tras atravesar varios metros de lápidas de piedra al fin llegué a la mía. Allí yacía mi alma, aunque mi cuerpo siguiera en pie. Visualicé la cruz sobre su nombre. Natalie. Sentí una opresión en mi pecho, tuve la sensación de que era mi corazón el que moría, de nuevo. Con un rostro frío y sin expresiones, empecé a llorar en mi interior. Mi alma lloraba, llevaba llorando durante año y medio. Como las nubes grises que ocultaban el cielo del otoño, yo también poseía esas nubes que me impedían sonreír. ¿Quién me hubiera dicho a mí que todo terminaría de esa forma? Tantos atardeceres habían pasado ya… Y cada día mi corazón quemaba de ira, lloraba de soledad y se resignaba al olvido.
Dejé caer una lágrima al final, símbolo ritual de todos los meses que visitaba aquel lugar, aunque me había prohibido llorar delante de ella para que no pudiera verme en tan lamentable estado. Me arrodillé y dejé suavemente el ramo de rosas sobre la gélida piedra. Rosas rojas, eran sus favoritas. Me acerqué al grabado de su nombre y lo besé. Otra lágrima se deslizó sobre mi rostro. “Aún te sigo amando, Natalie” susurré mientras cerraba los ojos. Me mantuve así un par de minutos, haciendo memoria de todo lo que habíamos pasado juntos. Mi amor, mi vida, nunca te olvidaría, jamás. Cada mes que pasaba era peor que el anterior, no podía soportarlo. Las personas cercanas a mi ya lo habían advertido, era incapaz de olvidar y seguir adelante. En los momentos en que mi mente no estaba ocupada no podía evitar recordar todo lo que había perdido aquel día. Abatido por mis pensamientos me dejé caer sobre la tumba, la abracé como ningún otro día había hecho y lloré en silencio durante un rato mientras el viento me extendía sus brazos.
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Se que es poquito pero ya escribiré fragmentos más largos, hoy no tengo mucho tiempo u.u
Espero que alguien se anime a leerlo x,D Y agradezco cualquier tipo de comentario, aunque me digais "oh dios, escribes fatal" o "esto no me gusta" lo recibiré con buen ánimo xD Si creeis que puedo mejorar algo también ayudadme por favor, ya he dicho que tengo muy poca experiencia con esto y tendré bastantes cosas que mejorar =/
Saludos =)