-Vale, perdón- se limpió las lágrimas para luego seguir abrazándolo- No me causarás problemas, sólo me queda un mes- río suavemente.
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-Ja, claro, lo que digas, lo que digas- movió la mano burlonamente mientras que reía del mismo modo.
-Se están tardando- estaba empezando a aburrirse.
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-Por nada, por nada- los gemelos se veían derrotados, aunque no perdieron al compostura mucho tiempo. Siguieron tomando café, Kiyo también tenía una taza de café en las manos.