—Entiendan que no es un juego de niños. Es algo demasiado sacrificado y donde sufres mucho. Parece un mundo bonito lleno de flores, pero solo es una infelicidad permanente que está pintada de rosa.
Kokone desvió la mirada.
—Entonces si a Natsu no le gusta, puede dejarlo — comentó Kokone. Ella no quiso ser Geisha y no siguió, a pesar de haber hecho enojar a su madre.
—Una vez que empiezas ya no hay vuelta atrás.
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Saito necesitaba cirugía plástica para reconstruir los daños en su rostro.
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Ryou agarró a Shouta de la camisa y lo estampó contra una pared.
—Vete. Sakura-chan ya no necesita a alguien como tú que la hace sufrir y pasar una vida miserable. Merece lo mejor, todo el dinero, la fama, la fortuna y el mejor amor para su vida.
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—Donde fuego hubo , cenizas quedan…