Al llegar al centro comercial se lavó la cabeza en el baño de un Mc.Donalds. Luego fue a una tienda de ropa, una de lolitas, y se compró un vestido clásico color crema. Le salió un ojo de la cara, pero ella siempre acostumbraba a tener bastante dinero en los bolsillos cada vez que salía.
—¿Y cómo me veo? — preguntó luciendo su vestido
--
—Haz lo que quieras. Mientras no me tapes la luz, molestes o hagas alguna cosa que yo considere desagradable — chasqueó la lengua en símbolo de molestia — De igual manera, ya terminé. Bye — se despidió cortante entrando las guitarras adentro de la casa.