—Hermosa interpretación.
Incluso el chofer se había puesto a aplaudirla.
Aunque la tormenta se puso peor.
--
Grace tomó un hondo respiro y empezó a contar todo desde un principio.
—No me llamo Grace en realidad. Es un nombre que tomé, falsificando documentos y papeles. Mi nombre verdadero es Brittany Taylor. Nací en Brooklyn, en un barrio afroamericano. Mis padres eran muy pobres, pero un día mi papá se hizo rico de la noche a la mañana. Perdió casi todo al malgastar el dinero y luego se enfermó de algo, nunca supe de que. Contagió a mi madre y murió pocos días después que mi padre. Mi hermano cuidaba siempre de mí, era un ángel. Con el poco dinero que tenía me anotó en una academia de baile y trabajaba como un burro para que yo tuviera algo con que distraerme de los problemas económicos. El baile me llevó lejos y mi nuevo destino fue Japón. Nos mudamos aquí, y todo el dinero que yo ganaba, sin que yo me diera cuenta, él lo malgastaba en alcohol. Me quedé sin trabajo al poco tiempo porque no me quise acostar con el dueño del teatro. Mi hermano estaba tan sumido en una depresión y en el alcoholismo que pidió un préstamo a un mafioso — entrecerró los ojos — Para pagarle la deuda, comenzó a trabajar para ese tipo, pero su adicción le impedía hacer su trabajo correctamente. Lo asesinó de un disparo en medio del rostro, luego lo acribilló en un lugar de Yakuzas, haciendo que estos quedaran como los asesinos. Cuando lo fui a reconocer… no tenía rostro. Era una masa deforme totalmente repugnante. De la única manera que lo pude reconocer fue por la cadenita que me olvidé aquí… la de él era de oro blanco y me lo había regalado como felicitación por haberme recibido de bailarina. Incineré el cuerpo y esparcí sus cenizas por Brooklyn. Cuando volví a Japón, es ahí donde comienza la historia — Y le siguió contando todo lo que había hecho para vengarse — Pero quedé embarazada. Le clavé un picahielos en el corazón, pero me enteré de que aun sigue vivo ese maldito desgraciado.