— ¡No entiendo porque tú fuiste un mentiroso y aceptaste estar conmigo para siempre! ¡Yo no daño a nadie! Tú no sabes lo que es ser traicionado… ¡Todo por culpa de una niñita!
--
Sakura había llegado hacía rato, pero nadie se había dado cuenta de su presencia. Estaba en la casa del árbol en el jardín. Aunque oyó cuando su hermana y padre salieron.
-¡Estoy en la casa del árbol!- exclamó ella animándolo a que saltara la cerca que conducía al jardín.
--
—Papi, te extrañé mucho. La otra vez me pediste que te mostrara la canción que hice para ti, pero no pude — se le pusieron los ojos llorosos, aun así sonrió — Pero traje las partituras y la lirica — La sacó de su pequeño bolso y se las dio.