-No me interesa. Yo si lo deseo. Para mí, el único enemigo en este momento es Miku Zatsune. Olvídate de los otros. Olvídate de la prensa. De todos. Por ahora concéntrate en el trabajo, porque así será la única manera de acabar con toda esta estupidez. Luego veremos quién será más popular o no. Pero así solo podrás estar con Kaito-Kun en paz… - se cruzó de brazos.
Suspiró, preocupada. ¿Ella tendría el mismo destino?
Se sentía algo hipócrita. Era la que más miedo parecía tener a que las cámaras consiguieran una filmación o foto suya con Gakupo. La que más había ocultado ese secreto, incluso antes de hacerse famosa.
Aquella que se ocultaba de la vista de medio mundo, encerrándose en sí misma. Definitivamente, era hipócrita. Y lo peor es que recién se daba cuenta.
Tuvo miedo.
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-¡No! ¡No lo dejaré irse nunca más! ¡Porque quiero que esté con todos nosotros, no solo como grupo de cantantes, sino como amigos! ¡Y porque eres como el hermano mayor de esta familia! – apretó mas el abrazo, hundiendo su cara en el pecho del mismo.
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-Tal vez. Pero no puedo hacer todo yo sola. ¿Quieres echarme una mano? – insinuó Lily. Eso la haría sentirse menos culpable.