En un solo instante, una luz roja y otra amarilla, alumbraron el escenario donde estaba parado Akaito, con su ropa manchada de sangre. No se había limpiado la cara del todo, pero tampoco le importaba.
-Se preguntarán el porqué de todo esto – señaló algún punto perdido de la multitud – no chicas, no es necesariamente para verme a mí – aclaró, mientras deslizaba una mano desde su pecho hasta por la zona púbica – Aunque tampoco tendría problema.
Se oyeron un par de carcajadas resonar por todo el lugar.
-Están invitados a ver la única preciosidad máxima existente, la que los dejará con la boca abierta y con ganas de mas. Pero antes de ello – dio un giro con estilo – tendrán que mirarme a mi… grrr. Las puertas están cerradas. Nadie podrá entrar ni salir.
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-¿Eh? - luego trató de ignorar a Akaito y su patética presentación. Aprovechó a que estaban todos absortos prestandole atención a ese tonto - ¿Quieres que haga una movida de prensa , Len? ¿O que hable son Gakupo?
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-Menos mal que nos fuimos antes - susurró Meian con fastidio.