-Está bien, gracias… - se fue a bañar.
Al día siguiente Meian estaba como loca revisando su bolso mientras caminaba con un lindo sombrero negro con rosas y un par de lentes de sol puestos, buscando su lápiz labial salmón. Rara vez se pintaba con colores resaltantes, pero esta vez quería estar bonita y sensual.
En el ascensor se iba maquillando, esperando a llegar al piso donde vivía Gakupo. Ya estaba lista, buscó el número de la puerta y tocó el timbre.
Puso su mejor sonrisa, y al abrirse la puerta, lo que salió fue una chica rubia de pelo largo tal vez más bonita que ella, tirándole cosas a Gakupo.
-¡JA! Otras de tus perras. Que te vaya mal en la vida, bastardo y seas feliz revolcándote con estas...zorras. – le hizo fuck you y empujó a Meian a un lado.
Esta se la quedó mirando sumamente mal, pero luego bajó la vista tristemente hacia el suelo.
-Perdón, será mejor que yo… - no terminó de decir la oración que se dio la vuelta dispuesta a irse.
-¿Hamburguesas? - a Sakura le encantaban las hamburguesas. Y más la idea de que le regalaran algo – Oyuky-chan, tu sí que te luciste hoy. Y me gusta ese trofeo – sonrió señalándolo. Era bastante grande.
-Gracias Sakura-chan. Pero el trofeo es tuyo – se lo dio. Estaba agradecida de que la ayudara.
-No, tu cantaste y te lo ganaste – le sonrió.
-Pero si no fuera por ti no ganaba.
-Mmmm… bueno, el trofeo es de las dos ¿Está bien?
-¡Sí!
Kagura se limpiaba con un pañuelo las pequeñas manchas de sangre de su camisa.
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Una vez más cerró los ojos , pero esta vez si se estaba durmiendo en serio.