-¿Acaso ustedes dos durmieron juntos…? – se le había formado un símbolo de interrogación encima de la cabeza y parecía estar mirándolo.
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-Yo tampoco- respondió Meian. Llegó un momento en que le incomodó llevar las botas puestas y se las sacó, llevándolas en la otra mano – Pero si te gusta, mejor, así todo es más especial.
-Será más que eso y mucho mejor de lo que podamos imaginar ahora… - se mordió el labio inferior.
-Bueno, falta como media hora para que vengan las niñas. Así que podemos jugar … - al decir eso, la puerta de la casa se abrió de repente y pudo ver que era Sakura con Oyuky tomada de la mano. Notó que la primera tenía un ojo tapado con el pelo - ¿Por qué llegaron tan temprano? – sonrió y las abrazó a las dos.
-Hola mami, es que no habían mucho chicos – respondió Oyuky sin darse cuenta de nada.
-De acuerdo, está bien. ¿Cómo fue tu día mi reina mayor? – le corrió el pelo de la cara y se sorprendió al ver que tenía el ojito lastimado y morado, como si le hubieran dado un fuerte puñetazo en el rostro. Se le borró la sonrisa del rostro - ¿Qué te pasó ahí? – preguntó temiendose lo peor.