Meian se quedó con los ojos en blanco.
-¡¿Ya?! – Exclamó – Bueno, pero… - pensó – Van a tener que engañar a la compañía. Saben que se ponen muy estrictos a la hora de formalizar una pareja y en cuestión de todo ese tema… Kokone , tu tendrás que volver a Yamaha para que te permitan vivir bajo el mismo techo.
-Lo sé… Pero como dirías tú, “sin tocarse” – recordó esa frase.