-Ya, hermanita – Luka le apoyó una mano en el hombro a Miku, indicando que se detuviera – Ten más cuidado, la pobre sino necesitará que le den un calmante por el dolor – sonrió amablemente.
-Ah, bueno. Si es así, está bien. Pero aun así te quiero ver más linda y Kawaii para la fiesta que habrá dentro de dos días. Si quieres te ayudo a elegir el vestido – elevó las manos peligrosamente indicando que era capaz de cambiarla en público.