Se había separado de Shoune. Le dijo que iba a dar una vuelta, total nadie en ese estado como estaba vestida ella la reconocería. Tampoco le importaba mucho en ese momento: estaba pensando en otra cosa, nuevamente.
En el parque, vio a su amado recostado. No había gente casi. Estaban todos en el otro extremo, donde se encontraba una pista de patinaje.
Armándose de valor, pero con un enorme sonrojo, se acercó sigilosamente sin que él la notara.
Se situó tras el árbol donde estaba, del lado contrario, y le toco el cabello como toda una fangirl. Se arrepintió de su decisión y lo soltó. Estaba ruborizada en extremo.
No quería ni mirar para atrás.
Esa cercanía...La volvería más loca de lo que estaba.
En parte estaba cansada de que todo lo tuviera que hacer ella. Pero la cosa era así.
¿Le hablaría? Quién sabe.
Comenzó a trenzar su cabello rápidamente, para no parecer una bruja, por las dudas que el otro notara su presencia.
Si eso pasaba, no sabría qué explicación darle. Hasta era capaz de desmayarse.
Tampoco se fue. Definitivamente no hecharìa una oportunidad asi a perder.