-Ah, es como el hombre de la bolsa – sonrió.
-Sí, algo así – se reincorporó – Entonces la paso a buscar mañana por la tarde. Tengo asuntos que atender – le besó la mejilla a Kokone – Adiós querida. Pórtate bien. – Se fue a buscar a Kanade , que este ya había recogido todas sus cosas y se fue.
-Guerra de… almohadas!
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Solo asintió con la cabeza. Una vez afuera, miraban alrededor, pero no encontraban nada.
-Debe ser algún animal que anda escarbando algo. Un animal grande… puede que sea peligroso. - Vio los tachos de basura tirados en el suelo.