Suspiró, dejando resbalar su espalda por la pared.
-Lo sé, lo sé. Pero mi problema no es ese, es más, hasta trabajaría en grupo pero… todo depende del sí de mi representante, y de los imbéciles que están arriba de él. Aparte en este país no se que tienen que no aprecian las voces graves – protestó, aunque en voz alta – Ahora hay un montón de fanboys en frente del edificio. No sé porque tendré que mudarme, maldición. ¡Qué estúpida que soy, fui y seré! Jamás hubiese aceptado esa estúpida sesión fotográfica si me hubiera enterado de esto.
Y no , no dirè nada.