Paró el paso y dio un giro, como de bailarina, y quedó frente a frente con él.
La verdad es que esa niña no tenía miedo a nada, ni siquiera a un monstruo si lo tuviera en frente. Bueno, aunque se le asemejaba.
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A las pocas horas llegó el paquete. Firmó y llevó la caja corriendo al sótano, para buscar unos papeles de regalo que tenía guardados. Envolvió la caja y subió nuevamente.
— ¡Sakura-chan! Tengo algo para ti~ — La llamó dulcemente.
— ¿¡Que es!? — trataba de mirar ansiosa lo que tenía atrás.
—Ábrelo— se lo extendió.
Comenzó a abrirlo enérgicamente. Cuando descubrió el par de aros, pegó un grito de alegría que resonó en toda la casa. Empezó a corretear por el hogar, de planta baja hasta el primer piso como una loca.
—Sacó mis reacciones…