—Tú a mi también. No me ignores jamás… es… una promesa.
Meian estaba borracha en un bar de Tailandia. Se había ido de vacaciones con Violett, pero había descubierto sentimientos hacia él desde que se le había confesado en la cara hacía una semana atrás en auscencia de su esposo. Además de eso, Gakupo la ignoraba y ella no entendía las razones de porque su frialdad y acciones.
Lo llamó por teléfono, ebria, pero esperanzada de que le contestara alguna llamada… de las 105 que había hecho.
Como le dio el contestador, dejó un mensaje.
—Si no respondes durante esta semana, nos divorciaremos — sentenció totalmente deprimida.