Y como Snade quiere caos sentimental (cosa que nunca hace en su vida porque es tan amarga como un kinoto al whiskey) , Teto servirà para esto... por lo que pude ver en la web.
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De pronto se chocó con alguien en la calle, haciendo que el pan se le metiera de lleno en la boca, ahogándose. Al elevar la vista, era un hombre joven bien parecido, de cabello largo violeta.
-“¡El es Gakupo Kamui!” – Frotó sus manos con malicia, tragando como pudo aquel delicioso pedazo de baguette – “Una víctima perfecta”
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-Oigan… Ya se fue - Meian tocó la puerta de su habitación. Suspiró resignada – Siento gritarles de ese modo antes. Es que ando algo estresada y solo quería algo de privacidad, cosa que no tengo desde que me ven en la televisión. ¿Saben? Me gustaría que me miren a la cara cuando les hablo.
Entreabrieron la puerta.
-¿Qué te pasa?- Kanade aun poseía aquella mirada asustada.
-¿A ustedes les gustaría ser cantantes? – largó sin rodeos.
-Sinceramente…
-¡SIIIIII! – exclamó Kokone, dándole puñetazos en la cabeza a Kanade bruscamente. Su rostro irradiaba felicidad, como si le hubieran expuesto una mesa repleta de postres de chocolate en frente.
-No puedo dejar sola a Kokone... aunque prefiero ser dueño de un banco- se la sacó de encima, frotándose la cabeza.
Meian se masajeó las sienes. Agarró un par de papeles de arriba de una mesita que estaba por ahí.
-Tienen que firmar esto. Pero recuerden: Una vez que lo hagan, no hay vuelta atrás. Aparte tengo que darles la autorización por ser quien los tengo a cargo legalmente.
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En la sala de juntas de los Vocaloid Originales, Rin, Len y Miku se probaban los trajes para lanzar “Append”, sus versiones vocales mejoradas acompañado por un nuevo atuendo mas futurista.
-¿Cómo me veo? – habló Miku feliz desde atrás de una cortina, lista para salir y exhibir su nuevo traje.
-Si no te muestras, dudo poder opinar – Len se estaba impacientando un poco. Su traje era un poco incomodo, ya que no estaba acostumbrado a él.
Rin echó un vistazo hacia dentro, aplaudiendo emocionada.
-Te ves preciosa, Miku-chan – Se encargó de arrancar la tela de la cortina de lugar, tirando el caño que estaba sujeto a la pared y todo – Aunque pareciera que no tienes ropa interior y estés descalza – largó una risita traviesa.
Miku se cubrió con ambos brazos las piernas, ruborizada.
-¡Rin! Tú expones tu vientre y no digo nada.
-Es que mi vientre plano es lo máximo.