HAHAHA
Es un halago.
----
Meian se fue directo a la discografía. Había llamado a su chofer personal desde el teléfono móvil rojo sangre que llevaba en el bolsillo, oculta tras un árbol.
En el camino, su imaginación volaba.
Pensaba en su vestido de novia blanco, lleno de bolados, con una cola larga y preciosa, perfecta y de tela delicada; suave, limpia… o un kimono igual de elegante.
O si no, ¿Cómo sería darle la mano a Gakupo , aunque sea de saludo? Algo extraño, sin duda. Tal vez se desmayaría de la impresión, mientras su rostro mostraba una ancha sonrisa (llegando a ser macabra) y se teñía de un carmesí resaltante.
-Ah~- suspiró, apoyando una mano en su rostro.
De repente, le vino la imagen de Kaito y Shoune a la cabeza. Eso era un tema aparte… que no ignoraría para nada.
Entró al colosal edificio, mientras se quitaba el tapado negro y los anteojos, dejando notar su presencia.
-Tengo cita con mi representante – dijo entrando con total impunidad, ignorando el grito de la recepcionista.
Estaba ansiosa por pasar por los pasillos en que estaban los demás vocaloid, a ver si se topaba con el amor de su vida.
Igual si o si tenía que pasar por allí, porque la oficina del tipo quedaba al fondo del pasillo del quinto piso.
De tanto pensar solo en aquello, se topó con un compañero suyo…