Género : Comedia, Vida cotidiana y Drama.
“ Imagínense el fuerte choque de un automóvil con otro durante un día de lluvia en la carretera. Así de horrible y estruendoso como se aparece en mente, esto queda hecho un maní cuando lo comparamos con los roces culturales… sumado a las exageradas diferencias de personalidad.
Una cosa así puede desatar lo inimaginable. Y lo peor es que se puede producir a partir de un viaje vacacional .”
PROLOGOEstaba perdida en la introversión de su persona, muy adentro suyo, imaginando lo inimaginable y pensando en nada.
Solo dejaba que su sentido del tacto fuese el dominante, dejando en segundo plano a otros dos que en ese momento los consideraba completamente inútiles.
Solo de esa manera tal vez se fatigaría menos… aunque solo una ocasión. La verdad era que gastaba energías tratando de contener sus otros sentidos reprimidos.
No importaba. El caso era que por fin había obtenido el permiso en su trabajo para irse de vacaciones hacia el fin del mundo si era necesario.
Luego de tantos años de no descansar ni un solo día, terminó aquel proyecto del que estaba a cargo. Y lo mejor que el negocio fue bien. Las horas de insomnio valieron la pena.
Ahora, feliz de la vida, el viento atrevido le acariciaba su fino rostro pálido y jugueteaba con aquel cabello medianamente largo ondulado azabache. Aunque la expresión sumamente seria de su cara parecía mostrar todo lo contrario. No importaba. Por dentro rebozaba de alegría. Eso era lo importante.
Observando con lujo de detalle el mar , trataba de recrear en su mente la fotografía del folleto aquel turístico , en el cual explicaba brevemente en inglés algunos lugares famosos del inmenso Buenos Aires ; para ser más precisos , su activa capital. HERMOSO.
Generalmente nunca prestaba atención a los comentarios de sus compañeros de la empresa en sus horas supuestamente libres, en el cual quemaban la lengua en diversos temas banales. Pero como ese mes había decidido tomarse unas vacaciones, pensó que tal vez la podrían orientar un poco al respecto.
La primera recomendación fue hacer turismo en su propia tierra. No gracias, quería irse corriendo de su país hacia otro.
El segundo, mas tentador, Rusia. No tardó en descartarlo: solo por la simple razón de tenerle un cierto rechazo hacia los habitantes de ese lugar.
Tercero: Argentina… Eso significaba mucho TANGO. Y con solo eso bastó para comprar el pasaje hacia América del sur.
Esta vez se iría en barco. Ya odiaba los asientos rompe espaldas del avión.
Pero primero se dirigiría al puerto de Uruguay para abastecerse de unos medicamentos. Luego se iría en barco nuevamente. Y eso es lo que hacía.
Por fin llegó a Uruguay.
Bajó lo más serena del mundo, con equipaje en mano y echando un leve vistazo a las nuevas tierras. Luego buscó alguna farmacia o tienda para llevarse lo que necesitaba.
Halló un pequeño mercadito que seguramente tenía ese remedio natural para las contracturas. Apenas puso un pie, apareció un ancianito algo jorobado.
-Buenos días, señor – Saludó Brittany acercándose levemente hacia el mostrador, haciendo notar que era una turista extranjera.
El hombre frunció el seño.
-Buenas tardes, señorita – el viejo desvió levemente los ojos hacia algún otro punto de su tiendita de madera, buscando las palabras indicadas para dirigirse hacia esa muchacha seria - ¿Le puedo hacer una pregunta? – soltó por fin.
-Si…- respondió dudosa, dejando de revolver los bolsillos de su saco formal para encontrar aquella escurridiza billetera.
-¿Usted es inglesa?
-Sí.
-Váyase de mi tienda.
-¿Disculpe?
-LARGUESE. No queremos enemigos de nuestro país hermano. Compre en otro lugar, no me importa cuanto tenga que caminar, ¡Fuera! ¡Así como nuestro gobierno le prohibió el paso a ese buque inglés militar, yo haré lo mismo con las personas! - el tipo comenzó a alterarse. Antes que pasara algo peor, se fue casi corriendo de allí.
No entendió a que se refería. Pero si comprendió que sus vacaciones empezaron mal.