[quote] Dicho esto, tengo que admitir que me has dejado un poco confuso en lo que narró de forma no muy expresiva y a la vez si. Si no sabes que decir, yo no se que entender xD. Bueno, la continuación ya la tengo escrita realmente pero aun me quedan unos cuantos retoques a la misma así como corregir un par de detalles pero, seguramente, la tendré en un par de días. y bueno, pues nada, me alegro de que te gustase este prólogo ^^, salu2, ¡Nos leemos!
Jajajaja, no me mal entiendas... Lo que quise decir es que yo senti, osea en pocas palabras me gusto la manera en que narras por que hay algo que a hace expresiva pero a la ves no y... Por alguna razon me agrada x) Nada mas, no te quiero poner dudoso me facina tu narracion [:
[/quote]
Aaah, ok. Pues muchas gracias jeje, ahora si te entiendo mejor jejeje. Bueno, pues muchas gracias por tu comentario ^^. Espero que te guste el siguiente capítulo y el extra que coloqué antes del mismo ^^.
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Fuera de eso no veo algun otro problema,ya que tienes buena ortografia. n. n
Tambien te sugiero que uses una ficha para Fics,la cual es asi:
~Ficha del FanFic.~
Autor:
Publicaciones:
Disclaimmer:
Nombre del FanFic:
Clasificacion:
Advertencias del Capitulo:
Y por ultimo,en caso de que quieras poner Lemon,recuerda que debe de ir dentro de un spoiler. n.n
Espero que mi comenterio no te moleste y que pronto pongas el primer capitulo.
Bye.
P.D. Ya tienes una lectora,y si necesitas algo,cuenta conmigo. xD
[/quote]
Lo primero que quiero decir es gracias por leer y comentar en el FanFic y, lo segundo, gracias por la bienvenida ^^. Bueno, la verdad es que nunca he sido un fan especialmente incondicional de lo que viene a ser el Lemon. No sé, creo que se puede expresar exactamente lo mismo con o sin Lemon aunque, claro está que, con esté, se puede profundizar mucho en ese tipo de relación. Pero bueno, no entraré demasiado en el tema xD, simplemente diré que no me gusta ni sé escribirlo xD.
Respecto a los párrafos, debo confesar que me han comentado algo similar pero, más que por la separación de los mismos, por los diálogos. En el caso que tu me expones, creí mejor dejar ambas frases en un mismo párrafo puesto que era una contestación prácticamente inmediata y bajo el mismo contesto pero, en base a tu consejo y el otro que menciono, es de otra página, cambiaré ligeramente la estructura que uso a la hora de escribir. Así que te agradezco realmente que te hayas tomado la molestia de comentarme esto ^^.
Una duda, la ficha que mencionas, ¿La coloco al principio de cada capítulo? Sobre esto no tengo mucha idea ya que nunca he utilizado, si quiera, algo similar así que estoy algo descolocado jejeje. Bueno, pues nada, me alegro de que te gustase este prólogo ^^, salu2, ¡Nos leemos!.[/quote]
Hola!. n.n
Me alegra que no tomaras a mal mi comentario,eh. n. n
Y respecto a la Ficha,puedes ponerla antes de el primer capitulo. n.n
Espero la conti. xD
Bye. =3
[/quote][/spoiler]
Puse en spoiler el quote porque ya se hace grande xD. Coloqué la ficha del fanfic aunque hay algunas cosas que no tenía claras así que, si me equivoqué en algo, agradecería la ayuda jeje ^^. Y bueno, no me tomo a mal las críticas que puedan hacer, y mucho menos si son constructivas pues, a fin de cuentas, aun estoy aprendiendo en esto de escribir FanFic y una ayuda siempre es buena jeje ^^. Bueno, gracias por tu comentario, espero que te guste el capítulo ^^.
~Ficha del FanFic.~
Autor: Vestigio
Publicaciones: Solo esta
Disclaimmer: Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.
Nombre del FanFic: Designios
Clasificacion: [+16]
Advertencias del Capitulo:
Kushina Uzumaki y Minato Namikaze, los dos mayores héroes de la vasta y larga historia de Konohagakure no Sato. Muchos pensaron que eran dos personas sin miedo, dos entes de amor mutuo que sopesaron el poder de su valor en la confianza que se procesaban el uno al otro... ¿Cuánta inocencia puede llegar a generar un adulto en pos de no entender las verdaderas consecuencias de los actos de otros? Seguramente nadie llegase a comprender el sacrificio que aquellos dos Shinobi habían tenido que hacer para derrotar al demonio de nueve colas. Y es que, en el momento que se arrojaron a las fauces del desconcierto, cayeron presas en el abismo de lo incierto. Precuela, archivo 0 – El día en que Kyūbi fue sellado
Los hijos de la muerte habían decidido tomar forma física en aquel funesto día que sería recordado por todos excepto por los que murieron presenciándolo. Era un día como otro cualquiera hasta que, oteando el horizonte, evocando maldiciones y tempestades, emergió la diabólica figura de un zorro cuyo tamaño no alcanzaba, si quiera, a ser un pequeño porcentaje de la maldad de su interior. Los gritos nacieron bajo una sinfonía que quedó grabada a fuego en los oídos de sus propios intérpretes. –
¡Es el demonio! ¡El demonio está aquí! – gritaban unos y otros al tiempo que huían despavoridos aun a sabiendas de que no serviría de nada.
Pocos sabían que, bajo los rostros de los anteriores Hokage, el maravilloso milagro de la vida estaba teniendo lugar aun bajo la incesante lluvia de gritos y exclamaciones de miedo provenientes de la villa. Kushina Uzumaki reposaba, rodeada de sellos, sobre una roca lisa, con las piernas abiertas, empujando, intentando dar a luz. Minato la miraba entre maravillado y desesperado, Tsunade trataba de hacer lo mejor que podía su trabajo mientras que, Jiraya, el padrino del niño, no hacía más que observar. Él, el de cabellos blancos, era el que peor lo estaba pasando de todos pues, a fin de cuentas, solo él sabía las intenciones de su querido discípulo y su mujer.
Los segundos pasaban y la bestia se acercaba cada vez más a la villa al tiempo que las vidas de valientes Shinobi y Kunoichi eran arrebatas con la facilidad en la cual un hombre aplastaba a una hormiga. Pero dicha catástrofe estaba a punto de terminar pues, al final, Naruto acabó por salir del interior de su madre para saludar al mundo que lo recibía en no las mejores condiciones. –
Lo siento Kushina, se que estás muy débil pero tenemos que hacerlo – comentó el Yondaime mientras tomaba a su hijo en brazos y sonreía paternalmente. Aun con la vigente promesa de que tanto él como su mujer saboreándose el amargo sabor de la muerte y perdiesen su alma en el proceso, no podía evitar sentirse el hombre más afortunado del mundo al tener a su hijo entre sus brazos.
El ermitaño de largos cabellos no pudo más que suspirar, la eterna perdedora los miro a todos sin entender que era lo que estaba pasando. –
Claro, vamos cariño – le respondió la mujer, casi sin fuerzas, mientras se dejaba cargar por su marido al tiempo que ella sujetaba al niño, mirándolo como solo una madre sabía hacer. Antes de que nadie pudiese decir nada, el trío había desaparecido de la improvisada sala de partos, dejando tras de sin fin de sellos que se diluían en el suelo junto a un par de Sannin preocupados, uno por saber y el otro por desconocer.
-
¿Qué es lo que van a hacer, Jiraiya? – cuestionó la mejor Medic-Nin del mundo al tiempo que se acercaba, con gesto amenazador, al domador de sapos. Este la miró de reojo, sin poder articular palabra. Sabía que, tras aquellas palabras, le iba a caer una muy buena por haberles permitido a esos dos usar “eso” pero, como su maestro y, todavía más, como padrino del niño, no podía hacer nada más a parte de prometerles que siempre cuidaría de ellos y de su hijo. Pero eso no serviría para su antigua compañera de equipo, tenía que darles algo de tiempo a los chicos. Por eso se tomó un par de minutos para responder.
-
Van a usar el sello de los cinco pentagramas elementales – entonó, con voz quebrada, al tiempo que la miraba con seriedad. Ella reprimió un grito tapándose la boca con las manos ante tan terrible realidad. Esos dos Shinobi, en especial ella, iban a someter a su cuerpo y alma a un castigo mucho peor que el de la muerte. Por eso, sin hacer amago de pronunciar palabra alguna, un tortazo cruzó el aire para impactar fuertemente contra la mejilla del orador. Tsunade acababa de abofetear a Jiraiya y, pese a no haber usado su colosal fuerza, había sido el golpe más doloroso que él había recibido en la vida. (C/A: Para más información sobre el sello de los cinco pentagramas, podréis encontrar una explicación del mismo al final del primer capítulo).
Capítulo 1 - Vidas diferentes, mismos sentimientos
Naruto ya se había despedido de Sasuke y, ahora, se encaminaba, sin demasiados ánimos, hacía su casa. Ya sabía lo que le tocaba y, por ello, no veía el momento de salir corriendo y huir de aquel terrible destino al cual era sometido cada noche. Cierto es que los niños pequeños, sobre todo a esa edad, tendían a magnificar las cosas malas que les sucedían y dejar a un lado las buenas pero, en aquella ocasión, el rubio sí que tenía cierta razón al no querer volver a casa.
-
¡Mama! ¡Papa! ¡Ya estoy en casa! – exclamó el muchacho una vez hubo cruzado el umbral que separaba la calle de lo que era su hogar, una increíble mansión de esas que tanto se veían en televisión. Nadie respondió de forma verbal a tan alegre saludo, en el fondo sí que quería llegar a casa, pero, de las mismas sombras de los intrínsecos pasillos del lugar, apareció una mujer de cabellos rojos que optó por, simplemente, abrazar al que era su hijo. (C/A: Si tienen pantallas de cine, ¿Por qué no televisión?)
Unos cuantos besos arrancaron los quejidos de vergüenza del chico que, pugnando por algo de lo que él creía que era dignidad, no dejaba de moverse inquieto ante la tentativa de su madre a no parar. –
Tengo hambre, quiero cenar – vocalizó, logrando que Kushina dejase de atosigarle. Un suspiro escapó de los labios de la dama al tiempo que una mano era posaba, cariñosamente, sobre la cabeza de su niño del alma. Lo llevó hasta la habitación que mejor conocía Naruto de toda la casa. Una sala de paredes marrones y suelo de Tatami en el cual luchar por aquellos caprichos que deseaba. Cenar era el que menos exigencia le requería.
-
Tu padre está en el despacho, así que hoy te toca con uno de sus clones, pequeñín. Si logras golpearle una vez, tú ganas – enunció la madre, amablemente, aunque en su interior su alma gritase de la más pura agonía ante lo que estaba a punto de presenciar. Ya eran seis años los de aquella norma regía en el hogar. ¿El por qué? Ella no lo veía bueno para su hijo pero, en cierto modo, entendía el porqué Minato hacía aquello. Naruto era un Jinchūriki y, además, estaba sometido, pese a no saber nada de esto todavía, al Sello de los cinco pentagramas elementales.
Tanto ella, como su marido, tenían que preparar al chico para las peores situaciones y, aquel sistema, en realidad, no era más que el comienzo de todo. Querían mostrarle que el mundo no era un lugar de bellos colores, que la realidad era más dura de lo que aparentaba y que tenía que ganarse las cosas a base de sacrifico. Un día ella ya no estaría allí para hacer de madre y, cuando eso pasase, tendría que depender de sí mismo para los aspectos más negros de la vida: el desprecio, el mal de amores, las peleas con sus seres queridos… nadie podría tomar parte de ello, ni si quiera su padre o su padrino. Los enemigos y los combates siempre serían peligros existentes pero, la verdad, es que el abatir a un Shinobi rival era el menor de los problemas al que se pudiese enfrentar. La violencia solo se podía resolver con violencia cuando la palabra fallaba, ¿no?
Pero... ¿Por qué el Yondaime o el Sannin no podrían prestarle su ayuda? La respuesta era bastante simple. ¿Qué pensaría la gente si el líder de su aldea anteponía sus labores de padre a las de Hokage? ¿Y si se peleaba con otro padre para defender a su hijo? La gente empezaría a pensar que en era no más que un tirano. Con Jiraiya era lo mismo, solo podrían ver a un par de hombres que, haciendo acopio de su poder, se aprovechaban de los demás. Kushina también se veía sometida a esto aunque en menor medida. Por eso tenían que ser así, tenían que enseñarle a valerse por sí mismo y muchas más cosas que solo podían impartirse de las más duras formas. Era difícil para ellos, más para él, pero, por muy triste que pudiese sonar, era lo único que podían hacer o, al menos, lo único que sus apenadas mentes podían encontrar en el recóndito mundo de las ideas.
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¿Está rica la cena, cariño? – preguntó la pelirroja mientras miraba a su querido hijo en un estado más que lamentable. Estaba herido por todas partes y, aun después de haber recibido curas por más de media hora, seguía sangrando por la nariz. El muchacho no pudo más que asentir al tiempo que sonreía con falsedad, sin entender las razones que motivarían a sus padres a hacer de la cena una tortura. Sabía que era querido, sabía que era el tesoro de sus ojos pues se lo demostraban cada dos por tres pero… era muy pequeño para comprender aquella compleja red que habían tejido sus padres. El resto de la cena transcurrió en silencio y, hasta bien entrada la noche, el “cabeza de familia” no llegó.
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¡Buenas noches familia! – exclamó, bajo una radiante sonrisa, el Yondaime. Su mujer lo recibió con un tierno beso en los labios y un abrazo. Él correspondió ambos gestos y sintió como, al ser abrazado, ella temblaba. Naruto lo había pasado mal aquel día y, por ende, ella lo había pasado todavía peor. Minato no iba a poder dormir en toda la noche. Pero no iba a dejar que eso derrumbase sus planes de protegerlos a ambos. Por eso, tras mirarla fugazmente y robarle un nuevo beso de puro amor y pasión, se dirigió al cuarto del pequeño. No hubieron muchas palabras entre los dos varones, solo existieron risas y cariños en una noche llena de abrazos, cosquillas y mimos. Kushina se les unió al rato, después de calmarse. Por lo menos en eso si que podían decir que eran buenos padres, por lo menos al Jinchūriki de Kyūbi no le faltaba el amor. Pero, pese a todo, una sola frase pudo derrumbar todo atisbo de felicidad que aquel momento hubo podido generar.
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Buenas noches papa, buenas noches mama – dijo el pequeño rubio. Sus padres le dieron, cada uno, un beso en la frente pero, antes de salir de la habitación, se quedaron petrificados ante las siguientes palabras que su hijo entonó. Se les congeló el corazón y sintieron como una montaña se les caía encima. La firme determinación del muchacho para decir aquello les acaba de mostrar a aquellos dos Shinobi que, debajo de aquel diminuto cuerpo, se encontraba el corazón de un valeroso gigante.
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Quiero que Sasuke venga a vivir con nosotros – afirmó con una voz que no parecía ser la suya. Normalmente el chico tenía miedo a pedir un tazón de Ramen, su comida favorita, un juguete nuevo o irse a jugar en vez de estudiar a consecuencia de que, para ello, tendría que superar unas pruebas más que difíciles pero… pedirles a sus padres que un niño que no era de la familia viviese con ellos era algo demasiado grande. Ellos lo sabían, él lo sabía. Era una verdadera locura pero, lo verdaderamente terrible de aquella petición era que, a sabiendas de las normas que regían en casa, Naruto tendría que hacer algo muy gordo para lograrlo. No podían simplemente negárselo porque se rompería todo aquello por lo que habían trabajado. Por eso es que se asustaron de ver cuán valiente podía ser su hijo. Iba a sacrificarse por alguien que no era ni su hermano y, pese a lo loable y noble de dicha acción, se sentían horrorizados. Kushina miró a su esposo, Minato miró a su esposa. Ambos lloraron en silencio mientras la puerta de la habitación de su hijo se cerraba.
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Sasuke era la cara opuesta de la moneda. Mientras que su amigo disfrutaba del amor y la dureza de unos padres, él vivía en la soledad y tranquilidad de carecer de ellos. Se los habían arrebatado pero, lejos de caer en el deseo de la venganza, había tomado la determinación de superar las palabras de su hermano y alzarse en la cumbre de la fama, la gloria y, tal vez, la felicidad. Para ello contaba con el rubio número en sorprender a la gente. No sabía de que estaba hablando pero le había dicho que las cosas iban a cambiar para él a mejor. No tenía ni la mejor idea de a que se podía referir pero confiaba en él, nunca le había fallado. Por eso tenía una fe ciega en sus palabras aunque, de haber sabido de lo que estaba hablando, se habría negado. Aun no lo sabía pero su mejor amigo estaba a punto de realizar un sacrificio descomunal por su bien.
Lo único que el Uchiha sabía era que el Uzumaki le había pedido que preparase una serie de maletas, como si se fuese de viaje –también le había aclarado que no se trataba de un viaje- y que se lo tomase en serio. Sasuke, depositando toda su confianza en el que era su mejor amigo, creyó ciegamente en tales palabras y preparó las maletas. Cargó una gran cantidad así como también aquellos efectos personales más queridos –por recomendación del propio Naruto-. No es que aquello tuviese mucha lógica pero el moreno no pensaba dudar la palabra del rubio. Por ello había tomado la determinación de “poner en riesgo” aquellos recuerdos personales que le hacían tener, todavía, las fuerzas de continuar. Daba igual que el destino fuese incierto pues, si este era presentado bajo una mano amiga, el resto dejaba de tener importancia. Era necesario pensar así. Él lo había pasado mal, realmente mal y, si ahora, que las cosas iban algo mejor, perdía su amistad, no tendría nada más. Se entregaría al voraz fuego de la venganza por el mero deseo de poder sentir algo en su interior, por la mera sensación de vivir. Era una carcasa vacía que luchaba por recuperar aquello que antaño vivió en su interior. La lucha iba en su favor pero un mero soplo en lado contrario podía ser fatal. Por eso tenía que confiar, por eso había decidido confiar en Naruto.
Siguiente capítulo; Sacrificios
El diccionario de “Designios”
Sello de los cinco pentagramas elementales: Sello desarrollado en la antigüedad por el clan Uzumaki y actualizado por la última de sus descendientes, Kushina, en colaboración del Sannin Jiraiya. Este sello solo funciona para trasmitir el sellado de una bestia con colas a otro usuario aunque, como ventaja, se ha de mencionar que el antiguo portador no encontrará una muerte inmediata.
Su funcionamiento es bastante simple, en teoría. El carcelero de la bestia con colas deberá sellar su Chakra al de la bestia usando como sello de contención su propia alma. De esta forma, se conseguirá atar fuertemente a la bestia y se podrá realizar una trasferencia de la misma.
Pero sus efectos son realmente devastadores para el anterior usuario pues, a pesar de no encontrar la muerte, estará sellando su alma en la del nuevo contenedor. Las consecuencias de esto serán que parte del Chakra de la bestia con colas permanecerá en el interior del antiguo Jinchūriki pero, conforme el nuevo vaya empleando el Chackra de la bestia, este Chakra restante en el anterior carcelero irá perdiendo en volumen. Cuando todo rastro de Chakra de la bestia desaparezca del anterior Jinchūriki, esté morirá en cuerpo. Su alma quedará eternamente anclada al de la bestia y por el paso de los siglos no podrá más que seguir la incansable estela de muerte de la misma.
De ahí viene la siguiente párrafo del capítulo 0, “Minato, Kushina… Hay algo que tenéis que recordar. En el momento en el que la última mota de Reiatsu del Kyūbi abandone tu cuerpo, morirás. Ella morirá y Naruto, vuestro hijo, obtendrá el mayor poder existente en la humanidad, pero morirá. Ella morirá, no lo olvidéis.” Este es un dato muy importante para la historia pero que, a mi entender, debe ser mostrado abiertamente desde el comienzo. Lo intenté expresar, de forma mucho más simple y menos concreta, en el párrafo aquí expuesto pero creo que no quedó del todo claro.
Hay varios detalles más sobre este sello pero he decidido omitirlos ya que serán importantes para el argumento del FanFic y, por ello, he decidido no mencionarlos. Saber que era el sello si era importante ya que influye mucho en la historia desde ya y pensé que sería importante el tener algunos detalles de su funcionamiento.
C/A: Bueno, he decidido que, para aclarar muchas cosas que podrían quedar mal atadas, con cada capítulo intentaré traer un pequeño extra a modo de Precuela, para que se vaya viendo que ha sucedido en el pasado. No se presentará en todos los capítulos y la extensión de estos pequeños arcos temporales será de dos a tres archivos, por norma general.
Sobre el que Naruto se tenga que ganar la cena a golpes con solo trece años… me costó un poco bastante explicar ese asunto así que si alguien no lo ha terminado de entender, por favor, que lo diga y no tendré reparo alguno en explicarlo ^^. Respecto al porque sus padres se han asustado tanto ante la petición de Naruto, ya se verá en el siguiente capítulo. Solo puedo decir que los tres saben perfectamente que es lo que tendría que hacer el chico para conseguir este “capricho” y que, dicha acción, no es nada agradable.