Historia: Poisonous Blood: 1.Renacer
Autora: yo, Dresti, y nadie más xD
Género: Romance y sobrenatural
Clasificación: +18
Advertencia: Lemon, tortura, violencia y lenguaje obsceno, en ocasiones OoC.
Publicaciones: MundoSasuSaku, ArteAnime y anteriormente Fanfic.es(hasta k borraron mi cuenta)
Holaa people!! bueno komo ya casi alcance el ritmo k llevo en otras paginas de mis otros fics k tengo aki(Exoticos Placeres y Seduccion ¿el dia o la noche?) pues voy a ir subiendo ste y mas tarde subire todos los demas k me kedan(buff) este fic sta dividido en dos: esta k es la primera parte y esta terminada y luego la segunda k sta inacabada y la subire kuando termine sta, si algien kiere adelantar en la historia puede leerla en mi foro:
arteanime.foroactivo.com y ahora si os dejo leer, nos vemos^^
1.
Era de noche y como de costumbre caminaba sin apenas hacer ruído por las anchas y solitarias calles, de hecho él estaba acostumbrado a la soledad y la oscuridad, había sido siempre así desde que su memoria le permitía recordar.
Llevaba un traje de cuero negro y las manos metidas en los bolsillos, la típica pose de ''Ay, que sexy soy'' y no era para menos, pues siempre había tendio éxito con las mujeres, no había ni una sola que se le resistiese, ya fuese por esa nívea piel blanca, por ese brillante pelo negro, pos sus ojos, su cuerpo, sus labios...
Sus labios, objeto de deseo de tantas mujeres..., si al menos supiesen cual era su verdadero fin para con ellas seguro que no se ofrecían a que él las llevase a casa.
Como la chica de aquella noche, si, había pasado un buen rato con ella pero acabó como todas las demás.
Notó una presencia a su espalda y se giró, quedando cara a cara con el que tiempo atrás había sido su hermano mayor y el cual ahora era su ''superior'' por llamarlo de algún modo, ya que llevaba unos cuantos años en ''paro''.
-Supuse que andarías por aquí, nunca cambias tus hábitos Sasuke.
-Hmp, y tú sigues siendo igual de mal educado que siempre, ¿qué no sabes respetar el terreno de los demás?
-Nadie está invadiendo tu propiedad solo he venido a decirte que tienes trabajo.
Sasuke no se movió.
-Eperaba un poco más de alegría, no sé llevas 100 años sin que te encarguemos nada.
-¿De qué se trata?-preuntó él pasando olímpicamente del comentario anterior.
Itachi sonrió, su hermano era igual de impaciente que siempre.
-Hemos localizado a un miembro de la familia real...Serim-dijo Itachi observando a Sasuke a sabiendas que este odiaba con todo su ser a la realeza.
-¿Y?
-Tienes que vigilarla, no hagas estupideces como la vez anterior, es muy importante para nuestra clase.
La ''clase'' de Sasuke, o nobleza como se le llamaba entonces, eran de ramas secundarias por lo cual eran los encargados de velar por la seguridad de ciertas familias reales.
-¿Y quién es? ¿una princesa en peligro? ¿un noble loco? ¿o quizás una reina que resulta que al final pactaba en secreto con los de la sombra?
-Ninguna de esas cosas-dijo Itachi ignorando el tono sarcástico de su hermano menor-esta es muy especial, es...la hija de Akari y vive como humana.
A Sasuke le costó bastante controlar la sorpresa.
¿Una humana parte de una de las familias reales vampírcas y más siendo...? por que si, eso era él, un vampiro.
-No es humana pero ella lo ignora por lo que vive como si lo fuese, de todas formas en estos papeles tienes toda la información.
Sasuke cogió los folios que le entregaba su hermano.
-Ah, y otra cosa Sasuke, deja un poco en paz a las chicas a los ancianos no les gusta mucho que te sobrepases con los humanos-dicho esto se retiró dejando a Sasuke solo.
Miró a los papeles y suspiró, bien después de 100 años de descanso ya era hora de un poco de acción.
-Una shii-sonrió.
Shii eran aquellos vampiros que se comportaban y vivían como humanos.
Aquello sería bastante interesante.
...
-¡Mamá ya me voy a clase!-gritó la pelirosa desde la puerta.
-Que tengas buena mañana cariño-se despidió su madre.
Una chica de pelo azul la esperaba fuera con la vista clavadaen el cielo.
-¡Buh!
La chica se estremeció del susto.
-Sakura no vuelvas a hacer eso.
La pelirosa se echó a reír al ver la cara de susto de su amiga.
-Ya deja de quejarte Hinata o llegaremos tarde.
Las dos comenzaron a andar.
Hacía bastante frío por lo que Hinata se envolvió más fuerte en su abrigo, el día era gris y estaba hecho un asco, por lo menos para ella ya que cierta pelirosa sonreía de oreja a oreja.
-No sé como no tienes frío, hace un día horrible.
La pelirosa la miró con una ceja alzada.
-Tonterías tuyas Hinata, hoy hace un día estupendo, la temperatura adecuada y la luz adecuada.
Hinata la miró con una gotita al estilo anime, si para ella era adecuada una temperatura de 14 grados y suficiente luz se refería a la de un día sombrío ella no le llevaría la contraria.
Entre otras razones porque ahora pasaban por enfrente de aquella enorme mansión que tanto miedo le daba y más en días como aquel que le daban un aspecto más siniestro, como de casa del terror, de hecho llevaba años abandonada y nunca nadie pasaba por allí.
-Mira hay un coche aparcado-le dijo a Sakura.
-Y vaya coche-dijo su amiga.
Eran de esos que solo se veían una vez en la vida o en las pelis de Hollywood, un flamante Mercedes negro.
-Hay luces en las ventanas-dijo la peliazul asustada, pues se rumoreaba que había espíritus que por la noche encendían las luces de esa casa.
La pelirosa se rió.
-Hinata ¿y no será que alguien se ha mudado a ella? no creo que el coche sea de un fantasma, aunque he de reconocer que se necesitan bastantes años para amansar una fortuna capaz de sostener un coche como ese y una casa como esta.
La mansión era bastante grande y según decía tenía unos cuantos siglos de antiguedad, una familia adinerada había vivido en ella pero por razones desconocidas un día los habían encontrado muertos en el jardín y ya se sabe como es la mente humana con esas cosas, que si había sido un fantasma, que si la casa estaba maldita, etc, etc.
-Me gustaría conocer al nuevo vecino-soltó de golpe-tiene que ser alguien muy importante para tener semejante masa de dinero.
Hinata palideció.
-No digas tonterías Sakura mira que si nos pasa algo por entrar ahí, además ya llegamos tarde a clase.
Sakura rodó los ojos.
-Está bien.
Las dos continuaron caminando, ajenas a la persona que la miraba desde la ventana más alta de la casa.
Llegaron al instituto y entraron en la clase, por suerte el profesor todavía no había llegado y no les había puesto falta.
Iban en el último curso de bachillerato, por lo cual solo contaban con 17 años.
-¿Sabéis que hay un nuevo inquilino en la mansión maldita?-les dijo Ino.
Vaya, al parecer ya todo el mundo lo sabía, Sakura se dejó llevar por la curiosidad.
-¿Lo conoces?
-No, pero hay gente que lo vio ayer en la noche, dicen que es un chico de unos 18 y que es guapísimo.
-¿Y vino solo?-pregunté extrañada.
-Al parecer si, pero nadie sabe como se llama ni nada sobre él, solo que es el tío más rico del barrio.
-Yo en mi vida iría sola a vivir en esa casa-aseguró Hinata.
-Eso es porque eres muy asustadiza-dijo la pelirosa sonriendo.
...
Estaba sentado en una de las vejas sillas de época con un vaso de wisky en la mano y los papeles de la Shii en la mano.
Su nombre humano era Haruno Sakura, vivía con ''su madre'' unas cuantas casas más abajo, tenía 17 años y asistía al instituto del barrio, tenía el pelo rosa y unos hipnotizantes ojos jade, no cabía duda que era un miembro de la realeza Serim, casi todas las mujeres de ella tenían esos hipnóticos ojos y ese tono de cabello.
Esa misma mañana la había visto por la ventana, iba con una humana de verdad sería su amiga, estuvieron un rato paradas frente a la verja de la casa y se habían quedado mirando como bobas su coche.
Ella pareció no enterarse de nada, de hecho era casi seguro que no lo hubiese hecho ya que no era consciente de su verdadera naturaleza.
Volvió a clavar la mirada en los papeles.
Era hija de los últimos reyes del clan Serim, sus padres y hermanos habían muerto hacía unos cuantos años y alguien la salvó y se la llevó, nunca más se supo de ella, hasa ahora..
La situación de la chica era delicada, no sabía nada de su mundo pero este dependía en gran grado de ella, pues era una de las pocas sangre pura que quedaba y, como consecuencia, una de las principales candidatas a la corona vampírica, sobre todo teniendo en cuenta de quién era hija.
Y eso solo podía significar una cosa, era uno de los objetivos principales de los ''sombras'', él prefería llamarlos escoria asquerosa, los ''sombras'' eran vampiros tabién a diferencia que estos vivían dedicados al mal, a hacer pactos con el demonio y a realizar masacres entre los humanos y los propios vampiros, digamos que no estaban de acuerdo con la civilización de los vampiros como ellos, los ''luminati'' y que vivían en continua guerra.
Si alguno de los ''sombras'' descubría el paradero de Sakura, esta moriría, por eso él había sido designado como su protector, a pesar de que no le hacía ni una pizca de gracia.
Por ciertas experiencias vividas no les guardaba especial cariño a los de la realeza pero compartía con ellos su odio por los ''sombras'' así que no le quedaba más remedio que hacer lo que debía, defender a los miembros de la familia real.
Dejó los papeles encima de la mesa y se apuró el vaso de wisky de un trago.
-¡Teme!
Una centella amarilla se coló por la ventana y dejó paso a Naruto, un vampiro rubio de su ''clase''. Cualquiera que lo mirase diría que era de todos menos un vampiro de alto status, su exótica cara medio asiática y medio occicental, portaba unos sagaces y divertidos ojos azules y una sonrisa de oreja a oreja.
El rubio echó un vistazo general y silvó.
-Nunca sé como haces para encontrar estas casonas-sijo.
-Se le llama ser organizado, entiendo que no lo comprendas dobe.
-¿Y bien? ¿ya encontraste a su alteza?
Lo miró con total indiferencia y se bebió otro vaso de wisky.
-Ajá, es cierto que no tiene ni idea de quien es, la he visto esta mañana y se comporta como una humana.
Naruto recogió los papeles y les echó una ojeada.
-¿Ya tienes un plan para protejerla? es un pez gordo y cuando los ''sombra'' la localicen se os echarán encima.
El pelinegro ya había pensado en eso y la solución era muy simple.
-No la dejaré ni a sol ni a sombra.
-Ya, bueno, pero alguna vez tendrás que alimentarte ¿no? y no creo que te la lleves contigo.
Lo miré aburrido.
-Oh perdona, se me olvidaba que eres Sasuke, el chico con más cantidad de recursos que hay en la tierra, tú no irás a por la presa, la presa vendrá a ti.
Sasuke sonrió de medio lado.
-¿Y que querías?-le preguntó.
Conocía lo suficiente a Naruto como para saber que este no estaba solo de visita.
-Los ancianos están preocupados por ti teme-dijo-últimamente cazas más de lo habitual y temen que te pases al otro lado.
Ese otro lado era el de los sombras.
-Hmp, yo no soy uno de esos, simplemente el aburrimiento y la gran cantidad de tiempo libre hicieron que me aficionase a las mujeres y a...sus encantos.
-Ya bueno, yo solo te traía el mensaje, y en fin me voy ya, yo también tengo que trabajar aprovechando que no hace sol.
Dicho esto el rubio se fue por donde llegó.
Solo esperemos que no hubiese humanos por la calle, ver a alguien saltar desde un cuarto piso y quedar ileso sembraría la duda en todos y lo único que le faltaba era más rumores de fantasmas y aparecidos.
...
Las horas de clase ya se habían acabado y Sakura y Hinata se despidieron de sus amigas.
-¡Esperad chicas!-gritó Ino-quiero conocer al nuevo vecino así que voy con vosotras.
-¿Todavía seguís con esa idea?-dijo Hinata aterrada.
-Ay Hinata si no quieres venir nadie te obliga, pero mira que si resulta ser el hombre de tu vida-dijo la rubia.
-Si eso fuese cierto no viviría en esa casa de locos-dijo la ojiperla siguiéndolas.
-¿Será sexy?-fantaseba Ino por el camino-a lo mejor es mi tipo y todo.
-Nadie nos garantiza de que esté fuera de la casa-dijo Hinata.
-Pero lo más probable es que esté dentro-dijo Sakura.
-No pensaréis...
-Venga Hinata no me dias que no te da morvo llamar al timbre de la casa maldita-dijo la pelirosa.
-¡Lo que me da es miedo y no pienso acompañaros como hagáis eso!
-Tú misma-dijo Ino-mira ya estamos llegando.
Las tres se quedaron paradas en frente de la verja de la casa.
-Allí hay alguien-dijo Hinata aterrada.
Las demás miraron a donde ella indicaba.
Un chico pelinegro de más o menos su edad caminaba hacia el Mercedes.
Ino se mordió el labio inferior, el chico estaba de vicio.
-Acabo de conocer al hombre de mi vida-dijo la rubia.
La pelirosa tenía la vista clavada en él.
Entonces el pelinegro se giró y ambos se quedaron observando.
Una especie de electricidad recorrió todo el cuerpo de Sakura, aquel chico le daba miedo y a la vez le atraía de alguna manera, era como si ella supiese algo sobre él aún a pesar de no conocerlo de nada.
Entonces el chico rompió el contacto visual y se subió al coche, poco después abandonaba la casa a gran velocidad.
-Estoy de acuerdo en que esta casa está embrujada, sino no me expico como ese tío está tan bueno, seguro que hizo un pacto con el diablo.
-¡Ino cállate ya!-rechistó Hinata-vayámonos de aquí.
Ino fue riéndose de su comentario por el camino, pero Sakura iba pensativa, aquellos ojos....parecían los ojos de un cazador.
2.
-Me gustaría saber como se llama-repitió Ino por enésima vez.
Sakura resopló.
-Ino, solo es un chico.
-¿Qué solo es un chico? ¿pero tú realmente le has visto bien?
Claro que lo había visto bien y estaba tan ansiosa o más que su amiga por conocerlo.
-Si Ino, lo he visto perfectamente, y es guapo pero tampoco hay que ponerse así.
-Ai lo que tú digas pero yo peinso averiguar como se llama, aunque tenga que ir a preguntarle a él mismo.
Hinata las escuchaba a las dos, callada, no vaya a ser que dijese algo que las avivase para ir a aquella maldita casa, ya había sido demasiado con lo de ayer, además ese chico no le acababa de parecer normal del todo.
La camapana sonó indicando el comienzo de clase.
-Que mal, ahora toca con Kakashi-sensei, no creo que pueda resistir otra clase de biología-se quejó la rubia.
Las tres caminaron hacia los laboratorios, donde impartían la clase y, como siempre, a Sakura le tocó sola.
Su situación era algo extraña, despertaba admiración en todo el mundo y sabía que muchos chicos se la comían con los ojos pero casi nadie se le acercaba, es como si, como si en el fondo le tuviesen algo de temor.
Bueno saltaba a la vista que su aspecto no era el más normal, tenía el pelo de color rosa, la piel fina y blanca y unos labios finos de color rosado que contrastaban con sus siempre impecables dientes.
Tampoco ella era muy sociable la verdad, se sentía un poco fuera de lugar y sabía que todo el mundo la miraba como si fuese un bicho raro, así que no era de extrañar que nadie se sentase con ella.
Ino y Hinata estaban asignadas en el otro lado del laboratorio así que aunque quisiese no podría sentarse con ninguna de ellas.
Suspiró y cogió el microscopio que tenía delante, echándole un pequeño vistazo a aquel pedacito minúsculo de tejido muscular.
El profesor entró en clase pero ella ni siquiera le miró.
-Buenos días alumnos, siento el retraso pero tuve que ayudar a una ancianita...
Se escuchó un abucheo general a sabiendas de que mentía, pues siempre ponía escusas de ese tipo.
La clase siempre era así, ahora él se pondría a explicar y después ellos tendrían que hacer los ejercicios, pero ese día algo no estaba bien y Sakura no tardó en averiguar que pasaba.
-Hoy contamos con la presencia de un alumno nuevo, viene de Rumanía, seguro que todos los conceís, ya que es sabido que vive en la ''casa embrujada''
El corazón de Sakura se paró de golpe, ¿qué era aquello que sentía? ¿aquella especie de olor dulzón que lo invadía todo? Con cada segundo se sentía más ansiosa y no se movió hasta que escuchó al profesor.
-Bienvenido Sasuke.
Instintivamente levantó la vista y sus ojos se quedaron clavados en aquella mirada negra y fría, todos se habían quedado en silencio, incluso el profesor, no parecían conscientes de aquel juego de miradas.
Algo ardía dentro de Sakura, aquella extraña sensación de miedo y a la misma vez paz.
-Por favor Sasuke, toma asiento, creo que el único sitio libre es al lado de la señorita Haruno.
-Hmp.
Sasuke la miraba con curiosidad, de lejos no podía haberla a visto bien pero ahora que estaba de cerca no cabía duda alguna de que ella era lo que era, una auténtica princesa negra(princesa vampira).
Apartó la mirada de aquellos ojos jades y se sentó a su lado sin decir nada.
La clase seguía en completo silencio, siempre pasaba lo mismo, ese deje de fascinación y temor.
-Bien, comencemos la clase-dijo Kakashi-hoy hablaremos de los genes.
Sakura apenas prestaba atención, tenía los ojos clavados en la mesa pero algo dentro de ella le gritaba que lo mirase, que dijese algo.
Le miró de reojo, él tenía la vista clavada en el encerado pero se giró en el momento que notó la della sobre él.
-Hola...-saludó la pelirosa-me llamo Sakura.
Él no contestó, solo se limitó a mirarla de aquella forma tan intensa.
La ojijade pudo notar como cada membrana de su cuerpo temblaba ante aquellos ojos.
-Ayer te vi salir de...tu casa, tienes un coche fantástico-medio susurró.
Sasuke sonrió de medio lado, ¿a caso la pelirosa se estaba esforzando en mantener una conversación con él?
-Em, ¿y cómo es que te has ido a vivir a esa casa? dicen que hay espíritus y todo eso.
-No me da miedo-se decidió a contestar.
Una especie de subidón inundó a Sakura al escuchar aquella grave voz, sonrió.
-Bueno ya no soy la única que opina eso-dijo-es una tontería creer en esas cosas, todo el fenómeno paranormal, y eso de que ahora te miren así solo por vivir en esa casa, ni que fueses un monstruo.
Él rió ante tal ironía.
Sasuke ya lo había notado, todas las miradas estaban clavadas en él.
-A lo mejor ellos lo consideran así-contestó con una media sonrisa.
Después de eso volvieron a quedarse callados, Kakashi estaba explicando algo cuando se hizo oír en las mentes de los alumnos, aunque la clase estuviese en silencio nadie prestaba atención a lo que él decía.
-Y bien, ¿alguien puede decirme por qué es tan importante el ADN?
Sakura levantó la mano y el profesor sonrió.
-¿Si, señorita Haruno?
-El ADN, ácido desoxirribonucleico, es importante porque en él se acumula toda la información génetica de cada persona-contestó.
-Bien, se ha ganado un positivo, como siempre.
La pelirosa sonrió.
Sasuke la observaba atentamente, la chica era interesante en muchos aspectos.
Ninguno de los dos volvió a decir nada en el resto de la clase.
La campana sonó indicando el fin de clase y ambos recogieron en silencio.
La pelirosa lo miraba de reojo de vez en cuando, era tan guapo, pero esa especie de aura que latía a su alrededor lo hacía algo imponente, difícil de alcanzar.
El pelinegro se marchó sin despedirse, dejándola embobada hasta que desapareció de su vista.
-Que suerte tienes-dijo Ino a su lado.
La pelirosa dio un respingo, Ino la había asustado.
-Si, tal vez.
Volvió su vista hacia la mesa y vio que Sasuke se había dejado su boli.
Lo recogió y se dirigió hacia la puerta a ver si aún seguía por allí pero el pelinegro ya se había ido.
-¿Sakura qué haces?-dijo Hinata-¿a quién buscas?
-Sasuke se ha dejado su boli y estaba mirando a ver si aún andaba por aquí.
Sus amigas también echaron un vistazo alrededor pero no lo vieron.
-Se habrá ido ya para su casa, nadie se queda en el instituto cuando acaban las clases-dijo Ino.
-Se lo devolveré en la primera clase.
-O mejor-dijo la rubia con un brillo en los ojos-vete a su casa y devuélveselo.
Sakura se sonrojó un poco, ir a casa de Sasuke, no es que le diese miedo, pero la ponía un poco nerviosa pensar en verlo otra vez.
-No sé si será buena idea, sería descortés que el día de conocernos me aparezca en su casa.
Ino apoyó sus manos en los hombros de la pelirosa con ojos llameantes.
-Vamos a ver Sakura-dijo en un tono muy serio-¿qué importa que os hayáis conocido hoy? cualquier excusa es perfecta y la tuya lo es y mucho, si yo estuviese en tu lugar iría, por ese chico cualquier cosa, luego sacaría cualquier excusa para que me dejase entrar y ver si la mansión es tan aterradora, fingiría escuchar algún ruido, y por accidente me colgaría de su cuello, él tan caballero me abrazaría, me diría que nada malo pasa, me invitaría a tomar algo y luego me llevaría a casa, jojojo.
A la vez que hablaba Ino iba representando la escena con gesto mientras Sakura y Hinata la miraba con una gotita estilo anime.
-Deja de ir tanto al cine-dijo la pelirosa.
Ino volvió a su mirada seria de antes.
-Así que debes ir, y sino...tendré que hacer el sacrificio de llevarle yo el boli-dijo en plan amiga que hace un favor.
-Ya, sacrificio-dijo Hinata.
La pelirosa se lo pensó un poco, la verdad era que le apetecía volver a ver a Sasuke, se sentía muy...normal en su presencia, era algo que nunca había conseguido con sus amigas ni con nadie más.
-Se lo llevaré-decidió con un leve sonrojo.
Ino sonrió.
Las tres chicas salieron del instituto.
...
Salió a la calle con las gafas de sol y se subió en su Mercedes negro.
Todos los miembros de la casta vampírica japonesa habían quedado en el lugar de siempre, debían reunirse y charlar sobre lo que debían hacer.
Los sombra cada vez eran más y eso ponía en grave problema tanto a la monarquía luminati, como a ellos y sobretodo, a los humanos.
Él no solía asistir a ese tipo de asambleas pero debía hacerlo sino quería ser troceado y mandado a la hoguera, últimamente los ancianos tenían metido en mente que él se iba a pasar para el otro lado.
Conocían su antipatía hacia los sangre pura y la reina, por no hablar de su carácter frío y de los habitos alimenticios que había adoptado últimamente.
Arrancó a toda velocidad y salió de la parcela que cercaba su casa, odiaba conducir de día, más concretamente, odiaba salir de día, el sol le dañaba en profundidad los ojos y le hacía sentirse débil, y vale que el cielo estubiese encapotado y la temperatura fuese baja pero no podía compararse con la tranquila noche.
Mientras iba conduciendo algunas imágenes cruzaron su mente.
La chica Shii despertaba en él una gran curiosidad, nunca había visto a un vampiro comportarse de ese modo.
Él tenía que hacer bastantes esfuerzos cuando se encontraba rodeado de humanos, tanto olor a sangre a veces hacía que perdiese el control, pero ella parecía no notarlo, se movía y actuaba como todos ellos.
Se sacudió la cabeza, no era momento de que ninguna chiquilla ocupase su cabeza.
Hacía cinco minutos que había abandonado la ciudad y al sitio donde quería ir era imposible llevar el coche, así que lo dejó bien apartado a un lado del camino.
Se afianzó bien las gafas frunciendo el ceño en una mueca molesta.
Se adentró en el bosque y ahí empezó la verdadera carrera.
Si quería podía correr el doble de rápido que el coche más veloz del mundo, pero ante los humanos había que disimular.
-¡Teme!-gritó Naruto sobre su cabeza.
Sasuke miró para arriba sin detenerse, como siempre Naruto iba saltando de árbol en árbol, como un mono.
En dos minutos los dos hubieron llegado al lugar indicado, al más oscuro y sombrío del bosque.
Estaban todos los del clan pero al contar se dio cuenta de que había más gente y en medio de ellos...no podía ser, su corazón empezó a latir fuerte.
Aquel rostro angelical de ojos verdes claro y pelo rubio que en tiempos había pertenecido a una valiente valkiria lo miraba intensamente.
-Santa madre-susurró Naruto.
La rubia sonrió apartando la mirada de Sasuke y clavándola en Naruto.
-Me alaga la comparación Naruto pero creo que yo no soy la más indicada para ser comparada con la divina María.
El rubio se sonrojó.
-Etto...discúlpeme majestad-dijo con una reverencia a regañadientes-pero es que no esperaba verla aquí.
La reina volvió a mirar a Sasuke.
-¿Tu no me saludas Sasuke?
Todos los presentes se giraron hacia el pelinegro, a Sasuke no le quedaba más opción, faltarle el respeto a la reina, como ellos la llamaban, era considerado traición y podría pasarlo muy mal.
Medio inclinó la cabeza y murmuró un casto saludo.
-Ejem-dijo Itachi avanzando un paso vestido con su uniforme de trabajo-no deseo interrumpirla majestad, pero debemos continuar con la reunión, todos sabemos que esto no es una visita de cortesía.
La rubia se puso seria y miró al hermano mayor.
-Por supuesto que no, nos encontramos en una situación muy delicada-dijo-los enemigos han empezado a masacrar a los nuestros en el Norte del país.
Hubo un murmullo general.
-Temo por nuestra seguridad-continuó-Demetrio cada vez es más fuerte y nuestro ejército es brutalmente diezmado por sus sicarios.
-Perdone la intromisión majestad-dijo una vampiro de pelo castaño recogido en una cola-mi nombre es Shikamaru y me gustaría dar mi opinión.
-Adelante-dijo la reina.
-No puedo decir que sea alguien experimentado en temas de batalla pero considero que no vamos a llegar a ninguna parte de este modo, el ejército cada vez es más pequeño y dentro de poco nosotros también tendremos que ir a la guerra, pero si eso pasa ¿quién defenderá a los sangre pura?
La vistas fueron a parar a la reina, esta se mostró inexpresiva.
Sasuke medio sonrió, incluso ella no podía ignorar una razón de semejante peso.
-Tienes razón Shikamaru-contestó con tono cordial-sería catastrófico que sucediese algo así, pero confío en que no hará falta, el motivo de esta reunión no es que ustedes vayan a guerra sino que se queden aquí protegiendo a quienes deben.
Al decir esto clavó la vista en Sasuke.
-Creo que esa opción tampoco es la mejor majestad-alegó Shikamaru.
-Pero es la opción que doy yo y con eso basta-dijo.
Nadie más replicó ni dijo nada.
Minutos después la reunión se relajó un poco y cada uno fue juntándose a sus habituales o lléndose de nuevo a trabajar.
-Siempre tan solo Sasuke-dijo la reina acercándose a él.
-Hmp.
-Y siempre tan comunicativo, ¿no tienes nada que decirle a tu reina?
Sasuke la fulminó con la mirada, tenía muy claro que ella nunca sería su reina.
-Parece ser que has vuelto a trabajar, ¿a quién protejes?
El pelinegro resopló.
-¿Sigues sin fiarte de mi verdad?
-No tengo nada que hablar contigo...majestad-dijo entono frío y marchándose.
Corría como loco por el bosque, ahora que la reina estaba allí Sakura corría verdadero peligro.
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Sakura llegó a su casa y dejó las cosas en la entrada.
En la mano llevaba el bolígrafo que Sasuke se había dejado en clase.
En un acto inconsciente se lo llevo a la nariz y aspiró su olor, aquel olor dulzón que la había invadido esa mañana cuando se habían conocido.
Su madre salió de la cocina con el delantal puesto y le sonrió.
-¿Qué haces ahí parada cielo?-le preguntó-se te va a enfriar la comida.
Sakura asintió y entró a la cocina donde su madre la esperaba para comer.
-¿Y qué tal hoy en clases?
La pelirosa se llevó los palillos a la boca y tragó los ricos fideos.
-Pues bastante bien, tenemos un compañero nuevo que se sienta a mi lado-dijo con una sonrisa.
-Parece que ya te cae muy bien-dijo su madre de igual forma.
-Si, aunque nadie se acerca a él por la historia de que vive en la casa embrujada.
La sonrisa de su madre se torció.
-Bueno tú no les hagas caso, a la gente se la debe juzgar por su carácter.
La chica sintió y se acabó su comida.
-Creo que debo ir hasta allí, a la mañana se dejó su bolígrafo en clase y debo devolvérselo.
-Pues ve hija, no pierdas tiempo-la apremió su madre.
La pelirosa no sabía porque su madre se había puesto tan nerviosa.
-Ay oka-san que solo voy a darle el bolígrafo.
-Pues ve anda.
La chica salió de casa con el gesto fruncido.
Como acto reflejo achinó los ojos, aunque el cielo estuviese nublado la luz le molestaba sobremanera, otra de las cosas que aumentaban los motivos de por qué la llamaban chica rara.
Pero el día no era en el fondo tan aterrador, una de las cosas que más le gustaba era escuchar el cantar de los pájaros y aquel extraño y exquisito olor dulzón que desprendían las aglomeraciones de personas, aquel mismo olor que desprendía Sasuke.
Se quedó parada delante de la enorme verja negra y sus ojos volvieron a clavarse en aquel magnífico coche, no lograba entender como alguien tan joven y que vivía solo podía tener tanta fortuna.
-¿Puedo ayudarte en algo?-preguntó una voz a su lado.
La chica dio un salto del susto, a su lado había un chico altísimo y de pelo castaño que la miraba fijamente.
-Em...ah no... sólo venía aquí a traer una cosa...
-¿A la casa embrujada?-dijo el chico-es extraño que alguien se acerque aquí, muy extraño.
La forma de hablar y de actuar de aquel chico la estaba poniendo nerviosa y algo asustada.
-S-solo vengo a devolverle una cosa a...Sasuke...
Un atisbo de sorpresa atravesó los ojos del chico y solo en ese instante Sakura se dio cuenta de que color eran, rojos como la sangre.
Se sacudió la cabeza y luego clavó la vista de nuevo en aquella cara, el color de ojos no había cambiado.
-Yo...también vengo a ver a Sasuke-dijo el chico-pero lo más seguro es que no quiera verme, soy su primo de Rumanía y vengo a darle un recado de su familia, a lo mejor podrías dárselo tú.
Sakura asintió lentamente.
-Bien, dile que se ande con cuidado, lo han visto por ese lugar que él sabe que no puede andar, solo es eso, no quiero que le pase nada.
Antes de que ella pudiese decir nada, el chico ya se había marchado.
Después de unos minutos de confusión, bajó de su nube y volvió a la realidad.
Premió el botón del timbre y esperó.
-¿Si?
La voz de Sasuke sonó por el telefonillo.
-Eh...soy Sakura, vine a traerte el boli que te dejaste en clase.
La verja chirrió y se fue abriendo lentamente.
Sakura caminó lentamente hacia la enorme puerta de entrada, de cerca la casa era más hermosa y siniestra, pero no daba nada de miedo.
La puerta se abrió sola justo en el momento que ella llegó.
Entró, pero no había nadie en el enorme hall, así que se quedó quieta.
La entrada era grande y poco iluminada por lo que pudo abrir bien los ojos, a pesar de la poca luz podía distinguir cada recodo y mueble de la estancia, todo de un estilo clásico que debería pertenecer al siglo XIX.
Al fondo había unas enormes escaleras blancas por las cuales apareció Sasuke.
Aquel olor dulzón volvió a invadirlo todo.
Ninguno de los dos dijo nada hasta que estuvieron frente a frente.
Sasuke era tan alto como su primo pero no era aterrador, Sasuke era hermoso.
-Vine a traerte tu bolígrafo-dijo la chica tendiéndoselo.
Él lo recogió y cuando sus manos se rozaron un escalofrío les recorrió el cuerpo, Sasuke se soltó de inmediato.
Se dio la vuelta y volvió hacia las escaleras.
No había más que decir, así que Sakura debía volver a su casa.
-Acabo de ver a tu primo de Rumanía en la entrada y me dio un recado para ti-dijo ella.
Sasuke se quedó quieto.
Él no tenía ningún primo.
-Dice que no debes volver a ese lugar prohibido o algo así.
Una lucecita invadió su cerebro.
-¿Cómo era su aspecto físico?-preguntó volviendo la vista hacia la pelirosa.
-Pu-pues era alto, muy pálido, así más o menos como tú, tenía el pelo castaño y los ojos de color rojo, o eso creo, la verdad es que daba un poco de miedo.
Sasuke dejó de escucharla en el momento que dijo ojos rojos.
Se lanzó como una bala a la puerta y la abrió, no quedaba rastro de nadie.
-¿Sabes hacia donde se fue?-preguntó.
Sakura estaba asustada por la reacción de Sasuke, era como si hubiese pasado algo malo.
El pelinegro estaba preocupado, no sabía ni cuando ni como, pero un sombra los había localizado y ahora corrían grave peligro, sobre todo ella.
La pelirosa no le contestó y eso lo irritó, se volvió hacia ella y la agarró por los hombros.
-Si lo sabes dímelo.
Sasuke daba realmente miedo así, así que hizo un esfuerzo por recordar.
-Creo que iba hacia el bosque.
-Hacia el bosque-repitió el pelinegro.
Después se dirigió hacia uno de los muebles de la entrada y cogió sus gafas de sol y una chaqueta, luego volvió junto a ella.
-Espérame aquí, vuelvo en unos minutos-dijo mientras salía por la puerta.
Sakura se quedó estática, con la mirada fija en la puerta.
¿Qué había pasado? algo le decía que Sasuke no se alegraba mucho de saber que su primo lo había estado buscando, había sido tan aterrador cuando se lo había dicho que en esos momentos hubiese echado a correr hacia su casa.
Pero a pesar del miedo que tenía se quedó, Sasuke se lo había dicho y ella esperaría, quería volver a verlo.
...
Mientras conducía hacia el bosque sacó el teléfono y llamó a Naruto.
-¿Qué pasa?-respondió Naruto.
-Asegúrate de que tu protegido está a salvo y mueve tu culo para el bosque.
-¿El bosque? acabo de volver de allí, ¿qué quiere la reina ahora?
-No es la reina dobe, creo que un sombra ha estado en la puerta de mi casa y ha huido al bosque.
-¿Qué? espérame que ahora mismo voy.
Sasuke colgó el teléfono y clavó su vista al frente, justo al tiempo que llegaba al bosque.
Dio un fuerte frenazo y bajó como una centella.
El aire estaba impregnado de olor a sangre seca, el olor de los sombra, de modo que era verdad que uno había rondado por su casa.
Poco después escuchó el ruido del coche de Naruto frenando junto al suyo.
-¿Lo has encontrado?-preguntó el rubio.
-Si lo hubiese encontrado no estaría aquí parado idiota.
Naruto no hizo caso de su comentario y empezó a husmear de un lado a otro.
-Ya está demasiado lejos-dijo-creo que lo más acertado es que volvamos a casa y avisemos a los demás...
-Los demás me importan bien poco, así que si quieres llamar hazlo tú, yo me vuelvo ahora a casa, Sakura me está esperando.
-¿Su alteza?
-Si, fue ella quien se encontró con el sombra.
-¿Ella? ¿y sigue viva?-preguntó el rubio asombrado.
Cuando un sombre encontraba a un miembro de la familia real luminati desprotegido lo mataba sin contemplaciones, algo raro estaba pasando.
-¿Tú no escuchas? está en mi casa.
Naruto suspiró.
-Mejor volvamos, no vaya ser que a este le de por volver.
-Pues que vuelva y así me dará el placer de descuartizarlo-susurró el pelinegro.
...
Sakura seguía parada en medio del hall cuando Sasuke regresó.
No dejó de mirarlo mientras este se sacaba la chaqueta y las gafas con toda parsimonia y luego entraba por una de las puertas.
Ella lo siguió, aquel sitio era el salón y Sasuke se encontraba llenando un vaso de whisky.
El pelinegro señaló la botella, ofreciéndole un trago.
-Gracias, pero no bebo-contestó.
El ojinegro se ventiló su vaso de un trago y luego se quedó mirando a la chica.
-¿Encontraste a tu primo?-preguntó ella evadiendo su mirada.
-No.
-Pero, fuiste a buscarlo, ¿no?
-Si.
-Parece que no os lleváis muy bien.
-No.
Sakura asintió, al parecer Sasuke no estaba muy por la labor de mantener una conversación con ella.
-Bueno, ahora que ya llegaste y te devolví el boli me voy a mi casa.
-Quédate-dijo él.
La pelirosa lo miró a los ojos, ¿para qué quería que lo hiciese?
Sasuke la miraba fijamente a los ojos.
No la conocía de nada pero ella de algún modo le hacía sentirse bien, los dos eran una especie de bichos raros que no encajaban en ningún sitio y eso le hacía sentir que no estaba tan solo.
Sacudió la cabeza, no, él no sentía eso, solo quería que se quedase para que los sombra no la encontrasen y así él luego no tendría problemas si algo le pasaba.
-E-está bien.
Sakura se sentó en un sillón frente a él, sin mirarlo a los ojos.
-¿Estás asustada?-preguntó de golpe.
Sakura no supo bien que contestar, las preguntas y acciones de Sasuke siempre la tomaban por sorpresa.
-No-contestó-no hay nada que temer así que ¿por qué debería estarlo?
Él sonrió de medio lado haciendo que el corazón de la chica diese un vuelvo.
-Estás en la mansión embrujada, cualquier chiquilla normal estaría aterrada.
Sakura frunció el ceño, ¿chiquilla? si los dos tenían la misma edad.
-Bueno, yo no soy como las demás, ya te habrás dado cuenta y tampoco soy ninguna chiquilla, para asustarme hace falta más que una simple leyenducha sin bases.
Interesante, Sakura era muy interesante y eso de algún modo le hacía gracia.
-Aquí asesinaron a una familia y nunca supieron quien fue.
-Eso no significa que haya una maldición y si la hubiese entonces tú ya estarías muerto.
Sasuke volvió a medio sonreír ante tal comentario, hacía bastante tiempo que él estaba ''muerto''
-¿Saben tus padres que estás aquí?
Sakura ya se sentía más confiada y contestó sin ningún tipo de vergüenza.
-Mi madre si, pero ella tampoco cree en esas tonterías-contestó restándole importancia al asunto con un gesto.
-Hmp.
Sasuke volvió a beberse otra vaso de whisky.
-Eres demasiado joven para beber tanto-dijo la pelirosa.
Sasuke la miró de reojo.
-Tienes los mismos años que yo.
-Eso no tiene nada que ver con la madurez-contestó.
Sakura notó que empezaban a coger confianza, pero él seguía empleando aquel tono frío y misterioso de siempre.
-Ya, claro, tú eres muy maduro.
-Hmp, si hiciésemos una prueba de madurez entre tú y yo perderías por muchos puntos.
Sakura abrió la boca en un gesto de indignación.
-Lo dudo mucho.
Sasuke sonrió de medio lado, Sakura se veía tan...apetecible.
Un calambrazo recorrió su garganta, empezaba a tener sed y Sakura olía deliciosamente.
Se sacudió la cabeza, debía controlarse o sino tendría problemas serios.
-Tengo que irme-dijo de golpe.
-Vale.
Sakura se levantó al mismo tiempo que él.
-¿Estás bien?-preguntó ella al ver el gesto de contención de él.
-Si, solo necesito ir a por una cosa, te acompaño a casa.
-No es necesario.
-Si, lo es.
A pesar de que estaba sediento tendría que hacer un gran esfuerzo y acompañarla, si el sombra la encontraba sola de esta vez si que podría matarla y eso también le traería problemas.
Los dos salieron de la mansión, aún era de día y por instinto Sakura achinó los ojos.
-¿Quieres unas gafas de sol?-preguntó él indiferente.
Sakura lo observó, él también tenía unas puestas.
-¿También te molesta la luz?-preguntó ella.
-Es por una enfermedad ocular-contestó secamente-póntelas.
Le dio unas gafas iguales a las de él a Sakura y esta se las puso, así se encontraba mucho mejor.
A lo mejor ella también tenía esa enfermedad ocular.
Recorrieron la calle en completo silencio hasta que llegaron a casa de la chica.
-Es aquí-dijo ella parándose.
-Hmp.
Sasuke ya se iba a ir cuando ella le habló.
-Te dejas tus gafas.
-Quédatelas, puede que las necesites-le dijo antes de irse.
Sakura lo observó marchar, parecía apurado.
Entró a casa sin quitarse las gafas y después de saludar a su madre subió a su cuarto.
Allí si que se las quitó y las observó durante un buen rato, luego las acercó a su nariz y aspiró el aroma, aquel olor dulce intenso.
Sonrió, puede que algo en Sasuke comenzase a gustarle.